1. Tener visión del futuro para no deprimirse por las derrotas deportivas del presente (recordar que en niños los mas grandes ganan a los mas chicos).
  2. Saber que entrenar en cada edad y porque. Eso te hará nunca pedir niveles al niño. ¡El esta para que le den no para dar!
  3. Recordar que el mejoramiento deportivo precoz puede traer fatales consecuencias en el niño (hastió, aburrimiento- odio al deporte).
  4. Recordar que el niño necesita “reconocimiento”, amor, seguridad y lo mas importante, una autoridad que sea justa, constante y firme.
  5. Entender que criticar lo que se hace mal inhibe y no trae crecimiento.
  6. Mejor apoya lo que se hace bien y eso se repetirá para ir desapareciendo poco a poco lo primero.
  7. Nunca llegues al entrenamiento a improvisar, el entrenamiento requiere planificación, progresión, continuidad. El entrenador que improvisa tarda mucho en cambiar de ejercicios.
  8. Date tu tiempo para la atención “personal”, para “reforzar” las buenas actitudes de Juan, o de Pedro. !Eso es inolvidable para el niño! !No perderse entre la masa del equipo! ser objeto de atención personal.
  9. No esperes agradecimiento por lo que haces. !Que tu mayor alimento sea el dar sin esperar recibir!
  10. De esta forma nunca consideraras de bajo nivel tu trabajo; serás un hombre feliz, no habrá frustración en tu persona y serás un gran ejemplo a imitar.

Recordándote que el entrenador enseña por lo que él es, no por lo que dice.