- Tener visión del futuro para no deprimirse por las derrotas deportivas del presente (recordar que en niños los mas grandes ganan a los mas chicos).
- Saber que entrenar en cada edad y porque. Eso te hará nunca pedir niveles al niño. ¡El esta para que le den no para dar!
- Recordar que el mejoramiento deportivo precoz puede traer fatales consecuencias en el niño (hastió, aburrimiento- odio al deporte).
- Recordar que el niño necesita “reconocimiento”, amor, seguridad y lo mas importante, una autoridad que sea justa, constante y firme.
- Entender que criticar lo que se hace mal inhibe y no trae crecimiento.
- Mejor apoya lo que se hace bien y eso se repetirá para ir desapareciendo poco a poco lo primero.
- Nunca llegues al entrenamiento a improvisar, el entrenamiento requiere planificación, progresión, continuidad. El entrenador que improvisa tarda mucho en cambiar de ejercicios.
- Date tu tiempo para la atención “personal”, para “reforzar” las buenas actitudes de Juan, o de Pedro. !Eso es inolvidable para el niño! !No perderse entre la masa del equipo! ser objeto de atención personal.
- No esperes agradecimiento por lo que haces. !Que tu mayor alimento sea el dar sin esperar recibir!
- De esta forma nunca consideraras de bajo nivel tu trabajo; serás un hombre feliz, no habrá frustración en tu persona y serás un gran ejemplo a imitar.
Recordándote que el entrenador enseña por lo que él es, no por lo que dice.